La sangre es el líquido rojo que está presente en todo el cuerpo humano sin excepción. Se llama sangre (el fluido de la vida) debido a su gran e importante función dentro del cuerpo y por su tremenda capacidad de llegar a todas las células y tejidos porque puede suministrar oxígeno para respirar y los alimentos necesarios para que se mantenga saludable. Excluye dióxido de carbono y excreciones posteriores. Las funciones de la sangre también transfieren hormonas de las glándulas a otras partes del cuerpo para completar muchos de los procesos vitales que ocurren dentro de él. La sangre consta de cuatro componentes principales: glóbulos rojos, glóbulos blancos, plasma y plaquetas, que discutiremos en este artículo.
Las plaquetas son los componentes principales de la sangre. Son segmentos planos del citoplasma con formas irregulares e irregulares que se estiman en 3 nanómetros de diámetro. No contienen un núcleo ni ningún órgano, por lo que nunca pueden considerarse células y viven en la sangre entre 7 y 10 días, y es el segundo componente más común de la sangre, ya que el número de placas por metro cúbico es de aproximadamente 150000 a 400000, y las plaquetas se producen a partir de la médula ósea.
La importancia de las plaquetas en su capacidad para formar los llamados coágulos o coágulos sanguíneos en caso de sangrado, cuando la aparición de cualquier sangrado indica signos directos de inducción de trombosis a las plaquetas para que se adhieran y se unan entre ellas para detener el sangrado.
Las plaquetas deben estar presentes en la sangre a tasas normales. Cualquier disminución en la exposición humana puede conducir a varios problemas de salud, y la insuficiencia plaquetaria es una ruptura de estas plaquetas directamente de la médula ósea o al pasar a través de los vasos. El sistema inmune no distingue entre plaquetas y otros cuerpos extraños, por lo que los ataca y destruye, o puede haber una falta de producción de médula ósea originalmente, debido a la falta de plaquetas para:
- Infección con ciertos virus, como la viruela y los resfriados.
- La incidencia del lupus eritematoso.
- Sistema inmune defectuoso.
- Tome ciertos medicamentos sin consejo médico.
Los síntomas de la insuficiencia plaquetaria son la aparición de hematomas azules en el cuerpo del paciente y el sufrimiento persistente de sangrado crónico en las encías, la nariz o el tracto digestivo. La hemorragia más grave es la hemorragia cerebral, pero es rara.