La tuberculosis es una enfermedad bacteriana que afecta tanto a humanos como a animales. Es común que la tuberculosis afecte solo el sistema respiratorio, pero de hecho puede afectar cualquier parte de los órganos humanos internos, y la infección se propagaría en casos de tuberculosis. La tuberculosis es una enfermedad grave si se descuida el tratamiento y puede provocar la muerte. También es una causa de muerte en muchas personas en países en desarrollo y pobres, especialmente donde las tasas de prevalencia del VIH son altas y el cuerpo no puede resistir las bacterias.
La tuberculosis se transmite por aire, aerosol o por contacto con superficies contaminadas. En muchos casos, el sistema inmunitario destruye la enfermedad poco después de la infección y no presenta síntomas graves. En muchos casos, la tuberculosis causa neumonía muy grave cuando se transmite. La infección puede extenderse al resto del cuerpo.
En otros casos, la infección se transmite a la persona sana al respirar, pero el sistema inmunitario intenta eliminarla. Las bacterias se asientan dentro de los pulmones durante un largo período de tiempo que puede extenderse por varios años hasta que el sistema inmunitario se debilite y active las bacterias nuevamente. Esta condición es más frecuente que la infección directa y ocurre especialmente en personas con enfermedades inmunosupresoras, que prevalecen en países pobres o en personas de edad avanzada que comienzan a debilitarse.
Aunque hay muchos tratamientos fáciles y campañas de inmunización por parte de muchos países para erradicar la TB recientemente, ha resurgido en forma de nuevas cepas resistentes a los antibióticos utilizados en el tratamiento, y se diseminó particularmente en áreas donde la propagación del VIH o el SIDA en el centro y el oeste África. Hay muchos factores que contribuyen a la propagación de la tuberculosis y su transformación en enfermedad epidémica en algunos casos, los factores más importantes son el hacinamiento experimentado por muchas grandes ciudades y los escasos recursos, y la desnutrición que acompaña a la población de los países en desarrollo, lo que lleva a la debilidad de su sistema inmunitario y la incapacidad de resistir la enfermedad, la vivienda y el entorno no saludable con poca ventilación, además de la falta de precauciones al tratar con pacientes o se sospecha que se infectaron con la enfermedad, donde muchos trabajadores en hospitales y centros de salud infectados