Vitamina D
La vitamina D es una de las vitaminas y minerales más importantes que necesita el cuerpo para realizar muchos procesos vitales y poder vivir normalmente. Se recomienda que el cuerpo obtenga ciertas cantidades de esta vitamina sin aumentar o disminuir. Causa muchos problemas de salud, enfermedades del corazón, diabetes, trastornos psicológicos y pérdida de apetito. Esta deficiencia se acompaña de muchos signos que advierten y mencionamos, de los que hablaremos en detalle y en detalle en este artículo, debe tenerse en cuenta que los propietarios de piel oscura son más vulnerables a las infecciones.
Signos de deficiencia de vitamina D
- Un paciente con deficiencia de vitamina D sufre de rigidez severa en los huesos, los músculos y las articulaciones debido a debilidad general, y puede provocar osteoporosis, especialmente en personas mayores de 40 años. Especialmente cuando aumenta el clima más frío y las temperaturas más bajas en invierno.
- La presencia de cantidades suficientes de vitamina D es uno de los factores más importantes que mejoran el estado de ánimo y ayudan a la estabilidad psicológica, debido a la mejora del nivel de neurotransmisores, que científicamente se llama serotonina, y por lo tanto sufren el sufrimiento de las personas. sensación de depresión y tristeza, y reduce su moral y su vuelta a la vida de manera significativa. También sufren cambios de humor severos que pueden llevarlos a llorar sin razón aparente.
- Las personas con falta de problemas digestivos y sus cuerpos no se benefician de la conversión de materiales adquiridos del metabolismo.
- Esta escasez de recién nacidos se manifiesta en muchos problemas de desarrollo, como discapacidad, retraso en la marcha, movimiento, apariencia de los dientes, crecimiento del cabello, médula ósea y raquitismo, y tienen problemas respiratorios, especialmente en la parte superior, así como curvatura. las piernas obstruyen el proceso de caminar, y las mujeres sufren muchas dificultades durante el proceso de parto.
- Las personas que sufren de fatiga permanente y fatiga, y la incapacidad de ejercer las actividades diarias y la vida cotidiana, y la falta de vitalidad y actividad que acompaña al comienzo de la mañana, donde el paciente está despierto del sueño cansado.
- Desequilibrio de peso significativo, pérdida general de apetito, así como numerosos trastornos del sueño e insomnio marcado y persistente.
- Aumenta la actividad de las células cancerosas de varios tipos en todo el cuerpo, especialmente el cáncer de mama y la próstata.