Calcio
El calcio es un mineral importante para la salud dental y ósea, los sistemas cardiovasculares, los nervios y la coagulación de la sangre. Se usa en forma de cápsulas para el tratamiento y la prevención a niveles bajos en el cuerpo que causan problemas óseos como fragilidad (debilidad del hueso debido a la baja densidad), raquitismo (problemas en niños que involucran ablandamiento óseo) y luz ósea. También se usa para tratar el síndrome premenstrual, calambres en las piernas durante el embarazo, presión arterial alta en el embarazo (preeclampsia) y reduce el riesgo de cáncer colorrectal. Algunos usan calcio para complicaciones postoperatorias, presión arterial alta, colesterol, enfermedad de Lyme, para reducir los niveles altos de fluoruro en los niños y para reducir los niveles altos de plomo. El carbonato de calcio se usa como un antiácido (acidez estomacal) y también se usa para reducir los niveles de fosfato en personas con enfermedad renal.
Los alimentos ricos en calcio incluyen leche, productos lácteos, colza, coliflor, jugos cítricos, agua mineral, pescado enlatado con huesos y productos de soya tratados con calcio. El calcio puede interactuar cuando se toma con otras drogas, por lo que es recomendable tomarlo en un momento diferente para evitar estas reacciones dañinas.
Aumentar la proporción de calcio y sus síntomas.
Una persona puede estar en riesgo de desarrollar intoxicación por calcio debido a que toma un gran porcentaje de sus suplementos, que están en forma de píldoras y medicamentos, sabiendo que el calcio en los alimentos no afecta el cuerpo en absoluto, y aumentarlo puede conducir a estreñimiento severo y continuo de una persona, y también puede interferir con la capacidad del cuerpo para la absorción de hierro y zinc. En cuanto a los ancianos, el aumento de calcio conlleva el riesgo de cálculos renales, por lo que es importante cumplir con la cantidad y no tomar suplementos sin consultar a un médico o tomar una receta.
Una persona con un aumento de calcio puede experimentar sed y micción extremas porque los riñones han duplicado su trabajo para eliminar la sangre tanto como sea posible, además de causar dolor en el estómago. La persona siente náuseas, vómitos y estreñimiento. El exceso de calcio puede filtrarse a la sangre, haciendo que la persona sienta dolor en los huesos y, en algunos casos, causar debilidad muscular general. El aumento de calcio puede interferir con la forma en que funciona el cerebro, lo que lleva a una confusión constante, fatiga y fatiga. Si siente alguno de estos síntomas, debe consultar a su médico y ponerse en contacto con él de inmediato para recibir el tratamiento adecuado. Puede estar expuesto a muchos otros problemas de salud que no se mencionan.